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8 recomendaciones para cuidar la salud mental cuando estás en búsqueda de empleo
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Cuando llevas mucho tiempo buscando empleo es normal que empieces a sentir una mezcla de emociones que te pueden llevar a experimentar desesperanza. Para evitar que esto suceda, debes comprender lo que estás viviendo, tomar conciencia de que se trata de algo temporal y aprender técnicas que te ayuden a regular esas sensaciones para evitar que afecten tus decisiones, energía y autoestima.
En esta nota, te compartiremos algunas herramientas prácticas que pueden ser útiles para canalizar tus emociones, mientras llega esa oportunidad que se ajusta a tu perfil.
1) Nombra lo que sientes
Es importante que seas capaz de nombrar lo que sientes e identificar en qué parte del cuerpo se manifiesta esa emoción. Una vez que hayas hecho este ejercicio, piensa en qué es lo que necesitas en este momento para sentirte mejor.
2) Separa el resultado de tu valor personal
Después de varios rechazos, es común que la mente te lleve a asumir cosas que realmente no son las correctas como por ejemplo: “Si no fui seleccionado porque no tengo la capacidad para desarrollar ese trabajo”.
Cuando ese pensamiento venga a la mente, debes esforzarte en cambiarlo y pensar en que continuarás trabajando, formándote e intentando conseguir esa oportunidad que se ajuste a tu perfil entendiendo que hay variables que están fuera de tu control.
3) Crea una rutina que te permita reducir los niveles de ansiedad
Diseña una rutina simple y sostenible en la que definas cuánto tiempo dedicarás cada día a la búsqueda de empleo y a la preparación de entrevistas. Incluye también un espacio fijo para moverte, despejar la mente o hacer alguna actividad que disfrutes, de modo que el proceso sea constante sin volverse agotador.
4) Usa una técnica de regulación inmediata
Cuando sientas que la ansiedad se dispara (antes de revisar correos, después de un rechazo, al ver una vacante perfecta), prueba lo siguiente:
Inhala 4 segundos
Sostén 2 segundos
Exhala 6–8 segundos
Repite 5 veces.
La exhalación más larga ayuda a reducir la activación fisiológica y te aporta mayor estabilidad para pensar mejor.
5) Define “microvictorias” para recuperar motivación
Cuando el objetivo depende de terceros tu motivación puede verse afectada, por eso, es importante que seas consciente de esas pequeñas victorias como pueden ser llamadas de los reclutadores, asistir a algunas entrevistas, pasar a otras fases del proceso de selección.
6) Gestiona el “ruido mental” con límites
Compararte con otros, leer malas noticias o consumir contenido que te presiona suele aumentar ansiedad y culpa. Para evitar eso, te recomendamos poner límites como: evitar ver las redes sociales antes de dormir, intenta conversar sólo con amistades que te den ánimo y no con aquellos que te pregunten, una y otra vez, si encontraste empleo. La idea no es ignorar la realidad sino protegerte en un estado emocional vulnerable.
7) Reencuadra el rechazo
Cada “no” puede convertirse en información útil que te acerque al sí. Pide siempre feedback de los reclutadores para que puedas reconocer si debes mejorar en algún aspecto de tu vida, perfeccionar un idioma o aprender alguna habilidad en concreto.
8) Pide ayuda si la carga emocional se vuelve muy pesada
Si llevas semanas sin dormir bien, con llanto frecuente, irritabilidad constante, sensación de desesperanza o pensamientos intrusivos, busca apoyo profesional. La terapia, grupos de apoyo y orientación laboral son herramientas para sostenerte mientras atraviesas una etapa retadora.
Estar mucho tiempo buscando empleo puede desgastar, pero no define tu futuro ni tu capacidad. Si logras regular tus emociones, vas a tomar mejores decisiones, comunicarte con más claridad. Tu objetivo es mantenerte estable, enfocado en el logro de tu meta: conseguir trabajo.
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